lunes, 11 de noviembre de 2013

Noviembre sin ti

Me gusta cuando la gente dice aquello de que el tiempo pasará, todo se pondrá en su sitio y volverá a ser como antes. Ha pasado el tiempo. Ha pasado el tiempo desde que decidimos que todos los años que habíamos vivido juntos, con todas sus risas, enfados y reconciliaciones no merecían la pena, o desde que pensamos que no decirnos las cosas cuando nos dolían o no vernos ni cuando nos moríamos de ganas de hacerlo iba a ser lo mejor para los dos. Ha pasado el tiempo y sé que eres feliz. Tu nueva vida está llena de ilusión, de metas, de nuevas amistades. Tu vida está llena, en definitiva. Y ya no te acuerdas de mí.

Aún recuerdo cómo siempre decías que había que vivir el momento… ser feliz, ni más ni menos. Ser feliz. He estado intentándolo, te lo prometo. Yo también he cambiado de vida. Ya sabes: nuevas ilusiones, nuevas metas, nuevas amistades… Y estoy bien, de verdad que sí. Ha vuelto a entrar el sol por las mañanas. Pero no puedo engañarme más. Te echo de menos. Te echo de menos tanto que a veces duele. Duelen tus abrazos, tus bromas, tus besos, tus “no te preocupes, yo estoy aquí”… Duelen los planes de futuro que hacíamos cuando apenas éramos dos niños ingenuos que jugaban a estar enamorados. Dueles tú, y todo lo que eres.

Sólo he venido a decirte que vuelvas. Vuelve tarde, pero vuelve.
Que el otoño sin ti no es lo mismo.